Un estado fatìdico

Ilusiones tiradas absorbidas como agua por las hendiduras de secas grietas, ja, no son mas las mías, me arrojaría al suelo y me reiría hasta partirme la caja al ver tu cara de incredulidad, por la zozobra que te causa pero más... por la pasividad de tus emociones, por el ignorado agujero de dolor por el cual resbalaron y al que siempre subestimaste,

No darías crédito a mis reacciones, sin duda seria una trifulca de cuestiones una a una colapsando incesantemente en tu perenne mente hasta el desmayo ¿por que? por creer que haciendo a un lado la voluntad o reprimirla mentirosamente, causando un trance a la sensibilidad habrá un mejor mañana, jajaja ¿quien diablos crees que eres? En que momento piensas que aquello que consume los sueños te retribuirá con castillos gigantescos el sacrificio, jajaja el enamorado lanza besos al mundo y a la vida, el iluso, lanza al destino y al tiempo, mientras dure el estado mesmerizante de ambos, ¿y después? ja ¿que sigue? Eso, dilo! Que me joda, jaja lo estoy haciendo, no ves como berreo y me espasmo de risa?

Jajaja es la mas pura y sincera mentada de madre que me haz dado y sin embargo me cago de la risa, creo que el estado catatónico involuntario que asumes ahora no te ayuda, jaja, quiero verte, acuclillado, ecabronado, agonizante, consumiéndote en vil desesperación lastimando manos y dedos, jaloneando clavos y tablas, recogiendo en fragmentos las ilusiones rasgadas y tironeadas por filos de cientos de esquirlas, reventadas, ensangrentadas pero aun palpitantes por la fabulosa razón de existir, de permanecer vivas, eso! Desbórdate!, pierde el control y aúlla hasta la medula, provoca el vomito! arroja de una vez la flema asquerosa que se aferra al sonido de tu alma, si, ¿las rodillas se van no? se arquean tambaleantes y penosas, no!!, no te esfuerces no seas cobarde! los hombros ya no te pertenecen, se vencen en esta tu derrota, no sostendrían ni siquiera gota alguna de sudor, por que crees que la cabeza no querrá besar el suelo? Si caerá con estruendo de plomo sobre acero, ¿lo ves? ya ni siquiera sonrío, mas miserable no te podrás ver, deliciosamente humillado y en la ignominia seria el calificativo, ¡recuerda este frustrante abandono, no vuelvas aquí jamás fingiendo fuerza y suplicando compasión como los ordinarios, porque te entierro! no habrá risa ni llanto, solo un astillar de huesos, un brutal ataque al cardio y una oscuridad de la que saldrás ciego y errante, ¡así que ve y hace!