viernes, 30 de enero de 2009

Un dia normal



Hoy, mas bien el día de ayer, andando, invirtiendo tiempo, intercambiando ideas, compartiendo inquietudes, en fin edificando amistades, después de un breve ejercitamiento digestivo ja, siento que comí mucho hoy, que diga ayer. Pues sin darme cuenta, dejándome llevar por la relajación que me brinda la comunicación, ps… llegue a un punto geográfico de la ciudad, uno cualquiera, feo, sucio e insignificante para mucha gente, solo importante para aquel quien desempeña un trabajo y percibe un ingreso para su sustento, para su familia, no se, un lugar común y corriente, si, solo eso, pero resulta que en ese lugar, ese ordinario, común y feo lugar, me produjo recuerdos increíblemente agradables, sensaciones muy dispares; sentimiento, alegría, vitalidad, dicha y … vaya, nostalgia, ¿por que? pues por que ahí nació una amistad, surgió un cariño, se creó un vínculo, una empatìa, una confianza, bueno, fue el primer punto de intercambio de personalidad, un sitio donde comencé a confundir la simpleza de una mirada, donde secretamente, incluso para mi, me embebí por un labios, donde la admiración por una inocencia por una gracia, trastocaron fibras dormidas y también desconocidas hasta ese día, ahí se manifestó una ilusión, mi ilusión, ¡que fuerza dios, con que grandiosa fuerza fui iluminado! La claridad se hizo, y el objetivo del ser, de vivir, nunca fue más diáfano, ¿como llegue aquí otra vez? Andando, si, así de simple, sin planearlo. Y así de nuevo, sin planearlo, llevando el ritmo de un vicio perpetuo desde que recuerdo, me encontré y disfruté un par de horas de reflexión y debraye con un basto amigo, sin dejar de notar y sentir la presencia de un recuerdo mas, ahora en el siguiente lugar, las palabras regresaron a mi melancólica mente en un instante, simples palabras que alimentaron una anhelada ilusión, bastaron unas horas, dos lugares y… .. .. Fue mucho muy bonito recordar, si, así soy, por que en oposición a una personalidad distraída, temperamental (fuerte, dicen), sarcástica, alegre y cínica, vivo enfermo de aprehensión y destilo aroma de
dramatismo y sensibilidad.
Salí de ahí con una sincera sonrisa, por que a pesar del dolor, o la desilusión; fui yo! siempre fui yo! no guarde nada! un anticuado, cursi, complicado y soñador hombre, que nunca tuvo miedo de intentar, de estar, de seguir, … sobretodo abrir el pecho y decir: ¡Aquí estoy!

El día fue muy agradable, enriquecedor (el café… ya amo el café jeje),
me visitó un sentimiento, lo estreche, le agradecí y me despedí de él en un día muy normal
Si, Bonitamente sin planear



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