Estoy escuchando por milésima vez City of blinding lights el tema que le da nombre a este blog, también he descubierto que hay varios blogs que tiene el mismo nombre y pues... no se, me causa enorme placer que muchas personas compartan conmigo la fascinación por esta canción, también estoy seguro que este tema ha marcado la vida de todas y cada una de las personas que la disfrutan, es una canción en extremo especial, en mi caso definitivamente lo es.
A pesar de haber comprado el material de How to dismantle an atomic bomb con 6 meses de anticipación, aun no digería las nuevas canciones, aun estaba atado a los temas del disco Pop y Acthung baby, ni siquiera al los de All thah you can`t leave behind, sin embargo, ya notaba temas que eran muy interesantes, así que me chute el DVD varios días hasta que prácticamente reconocía todas las canciones y hasta el orden ja … así es uno cuando es fan.
Esa noche al entrar otra vez al estadio, ver de nueva cuenta a muchísima gente ansiosa y loca por ver a la banda, dispuestos como la noche anterior a celebrar un acontecimiento y a prácticamente fundirse sin desavenencias me lleno aun mas de alegría, esa noche con ella en mis brazos disfrutando aquella atmósfera tan especial rodeados de luces multicolores y gran expectación, por fin comprendí lo poderoso de este tema tan sencillo y tierno, la melodía estimulo en mí un sentimiento descomunal, la música mezcla de nostalgia, alegría y esperanza poseía la textura adecuada que toco las fibras mas profundas de mi interior, las letras hicieron lo propio, produjeron un eco por cada rincón que surcaban, despertaron momentos de honda melancolía, tristeza y felicidad, etapas guardadas en la memoria de un tiempo que sin saberlo me colmaba de un orgullo muy especial, la canción me reconoció como ninguna otra, advirtió lo que sentía, se desplazo despacio, firme, con mucha singularidad, capturo por completo la energía de mi ser, me acompaño por el camino que tanto deseaba, el lugar que solo una vez había transitado pero que ahora me resultaba sorprendentemente intenso, caminó a lado mió sin apresurar el paso, las notas brotaron primero con tímida sencillez para después transformarse en un potente estruendo, cuan sabias y nobles resultan ciertas palabras cuando alguien más comparte tu sentir, no opuse ninguna resistencia y el latir se cimbro con estrépito, ya no había forma de contener lo que vendría; las letras surgieron de la voz de mis ansiedades e ilusiones brotando con pasión y fuerza desmedida, pude sentir la libertad penetrar e inundar como agua las cavidades y rincones de cada uno de mis sentidos, sentir el amor con toda su monumental fuerza, el miedo se abandonaba a la bruma de la inexistencia así que deje mi espíritu fluir que soñara con total libertad... quería todo intentar, romper con todos los preceptos y reglas, soñar, soñar, soñar... simplemente soñar… vivir esa fascinante, misteriosa e inquietante aventura. Aquella noche, cada acorde, cada letra, cada sonido surgido de la interpretación, entraron como venablos exacto al corazón, esa noche (aunque ya la amaba) me enamore como nunca antes, tanto de ella como de la melodía. Tal vez no disfrute aquel concierto como el del día anterior, quizás por primera vez U2 fue esa noche solo un acompañamiento melódico, de esos que amenizan una cena, una charla o alguna reunión, con la diferencia de que, esta música no la pude ignorar, por que era previa al sentimiento, esta música se comunico directamente con el alma por que de ahí nació. Esa noche la melodía la sostenía en mis brazos, estaba en ella, ¡en la chica, en mí chica! la mujer más hermosa en la faz de la tierra, la luz más brillante en aquella ciudad de luces cegadoras. Esa noche, la canción pasó a formar parte de mí como si fuera ella. Esa noche, para el corazón fue la mejor noche de su vida.
Ahora cuando la escucho, mi voz se quiebra de alegría y dicha, y las lágrimas me brotan igual, me rindo a ella sin vacilación, en cuestión de minutos abro una puerta donde cruzo los cielos y de nuevo me enamoro como un niño, vuelvo a creer; en la amistad, en el desinterés, en la nobleza, en el amor... en el mas grande amor.
La canción ha echado raíces en mi alma, en mis días de tristeza o reflexión, oprime mi garganta hasta arrancarme una lágrima de… pues francamente no se
Como debe ser.
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